La piel mixta, siendo la más común, presenta retos únicos y no fáciles de superar.

Si es tu caso, ya lo sabes.

Si no tienes claro si tu piel es realmente mixta, quédate con nosotros para descubrirlo y conocer la mejor forma de cuidarla, ya seas mujer u hombre.

Antes de comenzar os voy a dejar por aquí un listado con sueros que resultan ser los más interesantes del mercado actualmente, así que ¡no dejéis de echarle un vistazo!

Por otro lado, si eres hombre, ¡no te preocupes! casi todas las opciones del listado anterior son unisex y aptas para todos los sexos, pero aún así, si quieres ir a lo seguro, te dejo por aquí un ranking con algunos sueros para pieles masculinas.

¿Qué es la piel mixta?

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Como su propio nombre indica, es una piel mezclada (en inglés la llaman piel combinada), lo que significa que, dependiendo de las zonas de la cara y de cada individuo, la piel presentará características propias de un cutis graso o de un cutis seco.

¡Todo un lío (y una puñeta también)!

Ya lo hemos dicho: la mayoría de las pieles son más o menos así, de lo que se deduce que la piel normal no es la norma.

Como en cualquier tipo de piel, hay grados.

Pero vamos por partes.

Esta dermis presenta zonas secas y zonas grasas.

La grasa de un cutis mixto suele concentrarse en la frente, la línea de la nariz y el mentón, formando la famosa T de la que es muy posible que hayas oído hablar y que es algo así como el patrón base para reconocerla.

Por el contrario, el resto del rostro tiende a estar seco.

Volviendo a las pieles normales y a las que nos interesan, la mayoría pueden parecer normales, porque las zonas grasas y secas no lo son en exceso.

Justo por eso mismo, es importante reconocerla, ya que, si tienes una piel moderadamente mixta que apenas se nota o se distingue, saberlo y tratarla en consecuencia puede darte resultados excelentes en poco tiempo.

Dicho de otro modo: si tienes puntos negros en la nariz, cierta acumulación de grasa en la frente y la barbilla, aunque sea muy sutil, y el resto de tu cara te parece normal, aunque… ¡mira! ¡ahora que lo dices! Sí que noto que en determinadas situaciones la piel se me seca con facilidad, como en invierno, o si estoy en un ambiente algo más seco de lo usual… puede que tu piel sea mixta y no lo sepas.

Más pistas.

En invierno tu piel tiende a secarse más, curiosamente, en las mejillas, el cuello, el escote, sobre todo, y puede que en la frente.

Sin embargo, en verano la zona T de tu cara presenta brillos poco estéticos.

¡Ahí lo tienes! ¡Piel sin identificar!

Sé flexible: puede que tu frente, lejos de ser grasa, tienda a estar seca. Ya hemos apuntado que hay variantes para todos los gustos.

Y, si llevas flequillo, no te engañes: la grasa de la frente no es culpa del pelo, aunque puede que apartarlo de la zona mejore el estado de la piel.

Cuando hablamos de grasa hablamos de grasa constante en la superficie de la piel, de puntos negros y espinillas frecuentes, no de un divieso (una forma antigua y preciosa de decir «grano») inoportuno de vez en cuando, o de lo que mi madre llamaba «la tarjeta de visita», léase, las espinillas o granos que salen a algunas mujeres en la cara durante la ovulación y/o la menstruación.

Y cuando hablamos de sequedad no nos referimos únicamente a una piel que compite con el el suelo más árido imaginable, sino a la tendencia a estar seca o secarse a la mínima de cambio.

Traducido: igual tienes la piel mixta y crees tenerla normal, lo que hará que utilices los cosméticos inadecuados, pudiendo mantener o agravar la condición de tu piel, en vez de mejorarla y equilibrarla.

Características de la piel mixta

Sérum y piel mixta

La primera respuesta te va a dejar pasmada. O pasmado. Por su profundidad y sabiduría ancestral.

Hay partes de tu cara se comportan como grasas y otras como secas. ¡Te lo advertimos!

Realmente la respuesta corta y fácil es esa. Lo sentimos mucho.

Ahora, intentemos saber algo más.

Lo cierto es que nadie ha desvelado la verdadera razón por la que la piel se comporta de esta manera. Podría ser, incluso, que, dentro de un rango de discreción, sea lo mejor, lo correcto, aunque a nuestro parecer no lo sea. Ten en cuenta que nuestro parecer tiene más que ver con las modas y los ideales, muchas veces absurdos y alejados del mundo real

Está claro que en la frente, la nariz (sobre todo en las aletas) y la barbilla, hay más glándulas sebáceas, así que es más fácil que el sebo cutáneo se acumule o se produzca en mayor cantidad en esos sitios. De hecho, son pocas las narices que no presentan puntos negros, aunque sean casi imperceptibles (una buena lupa revela la cruda realidad).

Por otro lado, las zonas del rostro con menos aporte sebáceo están naturalmente menos defendidas y más expuestas a determinadas agresiones, como el frío, las calefacciones, la sequedad ambiental, etc.

La piel es un órgano siempre expuesto y muy sensible, nuestra conexión con el mundo exterior y nuestra primera protección frente a este, pero también se ve afectada, y mucho, por todo lo que pasa en nuestro organismo, incluso en nuestra mente y nuestra vida (está demostrado que el estrés es una de las principales causas de alteraciones cutáneas de todo tipo).

Funciona gracias a un sutil y complejo equilibrio entre células, sistemas de alimentación, riego sanguíneo, humedad, grasa y bichitos que habitan en su superficie y son fundamentales para su bienestar y su bien estar (¡no he podido resistirme, porque es verdad!).

En consecuencia, no es difícil suponer que cualquier cambio o alteración afecte a este sistema y lo trastoque, llevándolo a los excesos: más sequedad donde ya hay cierta tendencia y más grasa donde normalmente se produce.

Para rematar, los vaivenes cutáneos están marcados por factores como la genética, las hormonas, la herencia, el clima, el entorno y nuestros hábitos de vida: comida, ejercicio, estrés, salud o falta de esta y un larguísimo etcétera.

La buena noticia es que no necesitamos saber por qué nuestra piel es mixta. Basta con identificarla y actuar en consecuencia. Eso, sí, es muy importante.

Un truco que puede facilitarte la identificación: límpiate bien la cara y el cuello con un producto suave, y déjalos secar sin aplicarte hidratante. Espera unos 15-20  minutos y observa si tienes cualquier sensación, por muy leve que sea, de tirantez y/o sequedad en las mejillas, el cuello, puede que en la frente (algunas veces la zona grasa de la parte alta del rostro empieza en el entrecejo).

Si no es así pero sí ocurre que, al poner un pañuelo de papel sobre alguna de las zonas de la T, este queda manchado de grasa. O ambas cosas. No es infalible, pero puede darte pistas.

Si tienes zonas secas y otras definitivamente grasas, con brillos y granitos, acné o puntos negros, no hay duda al respecto: tu piel es mixta.

Si te quedan dudas, consulta con un profesional de confianza que confirme o descarte tus sospechas mediante un diagnóstico serio.

La importancia de identificar el tipo de piel

La máxima de que no puedes solucionar un problema si no tienes claro, de entrada, que el problema existe, viene aquí como anillo al dedo.

Y la piel mixta es un problema, sobre todo, si no está identificada, porque entonces estarás empeorándola.

Si te obsesionan los puntos negros o las espinillas, puede que en tu lucha sin cuartel contra ellos estés resecando más las zonas de por sí secas y, curiosamente, haciendo que las zonas grasas también vayan a peor. Te cuento por qué.

Ya hemos comentado que la piel necesita un equilibrio en la producción y el mantenimiento de líquidos (ácidos en su mayor parte) y grasa. Cuando eliminas constantemente la grasa sobre su superficie, las glándulas sebáceas se ven forzadas a crear más para reemplazar el sebo retirado, y pueden, como demuestran los estudios realizados, empezar a descontrolarse, produciéndolo en cantidades excesivas. Es decir, que al eliminar la grasa sistemáticamente, estás provocando resultados contrarios a los deseados.

Las pieles mixtas necesitan cosméticos que contribuyan a regular el sebo cutáneo, pero que no lo eliminen: moduladores de la fabricación de sebo.

Este concepto es fundamental a la hora de elegir tus cremas, sérums, maquillajes, etc.

Por otro lado, si te centras en las zonas secas e intentas mejorarlas sin tener en cuenta las zonas grasas, estas irán a peor: los productos para pieles secas son bastante más oclusivos que el resto, y los poros de las partes grasas de tu piel estarán obstruidos -lo que menos necesitan- y, además, acumularán suciedad.

La piel seca es una piel cuya estructura está muy dañada: ha perdido elasticidad, resistencia, fortaleza, cohesión entre las células de la capa córnea, la capacidad de conservar y reparar tanto la barrea cutánea como el manto hidrolipídico, y su pH es inadecuado, normalmente menos ácido de lo que debería.

Todas estas características la hacen muy susceptible a los elementos externos que, en otra situación, podría afrontar sin esfuerzo.

Es una piel tirante, altamente sensible, que tolera mal los cambios y reacciona a ellos exageradamente, con inflamación, escozor y malestar. Necesita protección extra en todos los frentes.

Una piel mixta necesita productos diseñados para nutrirla e hidratarla sin tapar los poros, que a la vez modulen de forma natural la elaboración de sebo, haciéndola disminuir allí donde es mayor e incrementándola donde las glándulas sebáceas trabajan menos, y que sea capaz de reparar las zonas dañadas, devolviéndole, además, la habilidad de cuidarse a sí misma con sus propios medios.

Si las diferencias entre las partes secas y las grasas de tu rostro es mucha, puedes usar productos combinados, para pieles secas y para pieles grasas donde corresponda, al menos hasta equilibrar un poco la balanza, y luego pasarte a los de piel mixta.

Afortunadamente, existen muchos cosméticos hechos con principios activos que podríamos llamar inteligentes, que actúan de una u otra forma según las condiciones de la piel. Que esta piel sea la más común no deja de ser una ventaja, a la hora de la verdad, porque todos los fabricantes buscan la fórmula ideal para esta, ya que los consumidores potenciales son millones.

¿Necesito un sérum para mi piel mixta?

Piel mixta y sérum

 

¡No lo dudes!

Independientemente de tu edad, si tienes la piel mixta necesitas un sérum, y cuanto antes empieces a usarlo, mejor.

El suero es un concentrado de principios activos muy potentes, que tiene la mágica capacidad de penetrar hasta las capas más profundas de la piel y repararla, regenerarla y equilibrarla desde donde nacen los problemas, mejorando espectacularmente no solo su aspecto, sino sus estructuras internas, lo que a medio y largo plazo garantiza una piel sana que trabajará como debe.

Es ligero, no graso (oil free) y se absorbe rápidamente.

Entenderás, entonces, que las pieles mixtas SÍ que necesitan el sérum.  

En el artículo donde os hablo sobre el suero encontrarás una completa información sobre el éste, que te ayudará a entender mejor cómo trabaja y por qué debes incorporarlo ya, a tu rutina de cuidado facial, si quieres conseguir mejorar definitivamente tu piel.

Un fluido para piel mixta debería:

  • Hidratar en profundidad las zonas secas de la piel sin obstruir los poros de las zonas grasas, estimulando los mecanismos de hidratación propios del organismo y su funcionamiento regular.
  • Aportar ingredientes que, desde dentro, vayan reparando la piel seca, que es una piel que ha perdido sus defensas y necesita no solo recuperarlas, sino aprender a o recordar cómo utilizarlas.
  • Contener colágeno y elastina para recobrar elasticidad y resistencia, así como precursores de ambos (ingredientes que mejoran la producción natural).
  • Incorporar grasas compatibles con las de la propia piel (biocompatibles). Este tipo de grasas ayudan a igualar la cantidad de sebo cutáneo desde la raíz y son no comedogénicas (no obstruyen los poros). Sus propiedades bioquímicas son muy similares a las de la propia piel, resultando un añadido ideal para nutrir donde se necesita y modular en las zonas más grasientas. Los aceites de origen vegetal son insustituibles en este sentido, como veremos más adelante.
  • Estimular y regular los propios procesos cutáneos, para que sea la piel la que empiece a cuidarse a sí misma.

Un sérum hará que tu piel seca descanse y se alivie, recupere frescura, resistencia y un aspecto jugoso, suave y uniforme, mientras normalizará la producción de grasa en toda la superficie de tu rostro.

¡No me digas que no suena bien! ¡Vale la pena el esfuerzo, te lo garantizo!

Si eres de las que prefiere investigar y hacer sus propios cosméticos, tienes algunas recetas de sérums para pieles mixtas aquí. Son específicos, realizados con ingredientes naturales y no comedogénicos. Notarás una gran mejoría, jugarás con la ventaja de controlar los ingredientes y de saber que estás usando un producto pensado expresamente para tu tipo de piel, con resultados probados.

Si te parece que tienes mucha información que procesar y mucho trabajo por delante, hagamos un recorrido por los cuidados diarios que necesitas. Tendrás una visión mucho más clara y te contaremos algunos trucos para que te cunda más.

¿Por qué el sérum es esencial?

Sérum y piel mixta

Ya te hemos dado muchas pistas. Es el único producto cosmético tratante, y por lo tanto, capaz de reparar y equilibrar la piel desde dentro, de una forma profunda, inteligente y definitiva.

El suero actúa a nivel molecular en los mecanismos que regulan todos los procesos mediante los cuales la piel realiza sus funciones, y que las haga de forma óptima es vital para garantizarnos, no solo una piel sana, sino la salud integral de todos nuestros sistemas.

En el caso de las pieles mixtas, solo un tratamiento continuado con sérum te permitirá ir igualando las zonas de tu piel, nutriendo e hidratando las partes secas y moderando la producción de grasa en las partes más oleosas.

Pero es que hay más: el trabajo del fluido perdura, porque no es meramente estético ni reparador. Con sus ingredientes, consigue reconducir a la piel, moderar y estimular sus sistemas, para que sea ella la que empiece a autorregularse y equilibrarse.

Es el único tratamiento no médico que ofrece resultados reales y duraderos en poco tiempo. 

Lo que nos lleva a otro punto importante. Tendrás que cambiar de producto una vez queden establecidos las mejoras, y pasar a uno menos agresivo, a no ser que utilices un suero cuyos ingredientes, siempre naturales, sean lo suficientemente inteligentes como para, a su vez, modular también su trabajo. No abundan, pero los hay.

Los sérums con base acuosa, muy humectantes (el ácido hialurónico no debe faltar), con exfoliantes suaves (la vitamina C es eso y más, así que búscala, pero en su forma estable para evitar problemas), sin astringentes, con componentes antibacterianos, antioxidantes, y reestructurantes, son los perfectos para ti.

Aplícalo con la cara limpia, dejando algo de humedad en la piel, con toques suaves o con presión, para facilitar la absorción. No es conveniente extenderlo. En este artículo te contamos, paso a paso, cómo aplicarlo correctamente.

Si tu piel mixta es un problema realmente serio, no está de más que consultes con un dermatólogo.

No te desesperes y persevera: verás resultados.

Cuidados de la piel mixta paso a paso

Si crees que tienes que dedicarle mucho tiempo, esfuerzo y dinero a tu piel, plantéatelo de otra forma: el cuidado de la piel es una cuestión que va mucho más allá de la mera estética.

Una piel sana nos protege de una forma completa, sutil y perfecta, mientras que una piel deficiente es una vía de entrada para cualquier patógeno y de salida de elementos y componentes que deberían permanecer en nuestro organismo. El buen estado de la piel repercute en todos nuestros sistemas, desde el inmune a la regulación de la temperatura.

Una piel sana es un imperativo para un cuerpo y una vida sana.

Unos apuntes generales:

  • Busca asesoramiento profesional serio y de confianza.
  • Por encima de todo, fíate de ti, tus sensaciones y tu experiencia, porque eres la única persona que lleva tu piel «puesta» y sabe lo que mejor le sienta.
  • No te obsesiones con el aspecto de tu cara: mejorará, y mucho, si la cuidas bien y eres perseverante.
  • Intenta utilizar siempre cosméticos a base de ingredientes naturales. En tu caso es muy importante.
  • Cuando hablamos del cuidado facial, siempre incluimos en este el cuidado del cuello y de la zona alta del pecho (el escote), porque necesitan la misma atención.

¡Vamos a ello!

Limpieza

Sérum para piel mixta

Tus poros con un extra de grasa necesitan despejarse; las zonas secas de tu piel necesitan deshacerse de células muertas; en tu caso, la limpieza es imprescindible y debes hacerla a conciencia si quieres ver resultados y no empeorar las cosas.

Utiliza un limpiador suave. Para tu tipo de cutis es mejor combinar limpiador y tónico que usar solamente un jabón. El tónico regula el pH de la piel y repara su superficie, preparándola para asimilar mejor los productos que te pongas inmediatamente después.

Exfoliación

La necesitas de forma regular y sin excesos, por las mismas razones que necesitas la limpieza.

Tú eres quien debe establecer el ritmo a partir del estado de tu piel y de cómo reaccione a ella. Si las partes secas toleran mal una exfoliación semanal, hazla cada 15 días, pero no lo dejes, porque irás limpiando tu cara profundamente, retirando grasa, células muertas y restos de suciedad, es decir, todo lo que te sobra y puede entorpecer y estropear el resto de cuidados faciales.

Por muchas ganas que tengas de verte bien, no te exfolies más de una vez por semana si no quieres incrementar tus problemas.

El tipo de exfoliante que mejor te viene es el que contenga ácidos (incluidos los enzimáticos) y/o azúcar. Serán suaves con tu piel seca y limpiarán a fondo tus poros con exceso de grasa.

Puedes exfoliarte antes o después de ponerte el tónico: si lo haces después, vuelve a usarlo tras la exfoliación, para rematar y reequilibrar la piel.

El sérum

Si estas buscando un suero que te quite las arrugas, aquí tienes una lista con fluidos anti-edad que te ayudarán mucho y si lo que buscas es una hidratación más general también tengo para ti una lista con los sueros hidratantes más atractivos actualmente.

Según el estado de tu piel, puede que quieras empezar con un tratamiento diferente para cada zona de la piel. En ese caso, un sérum para pieles grasas equilibrará la producción de sebo donde haga falta, cuidando y mejorando el resto de aspectos, y uno para pieles secas aliviará tu piel e irá devolviéndole la habilidad de autorregularse y repararse.

Cuando vayas notando mejoría, será tu propio cutis el que pida el cambio a un producto para pieles mixtas, que afianzará los cuidados previos.

Comprueba que tus productos no contienen ingredientes irritantes, demasiado agresivos u oclusivos, y que todos son de origen natural. Mantén a las siliconas, vaselinas y demás inventos químicos de origen no órganico (no vegetal o animal) lejos de ti.

¡Ni se te ocurra utlizar suero con perfume o fragancias! Normalmente, no los contienen, pero pon atención, porque no son ingredientes que deban llegar a las partes más profundas de la piel. Otra cosa es que el sérum contenga esencias (aceites esenciales), que son tratantes y tienen olores intensos. Incluso así, un buen suero no debe oler en exceso, porque las cantidades de esencias que incorporan son siempre muy pequeñas (y no hace falta más).

Aplícate el fluido inmediatamente después del tónico, mejor con la cara un poco húmeda, para facilitar su absorción.

Hazlo sin extenderlo, con toques de las yemas de los dedos o presionando la mano sobre la superficie de la piel, de dentro hacia afuera. Espera a que penetre completamente, no más de un minuto, normalmente.

Si necesitas utilizar un sérum para pieles grasas, también le puedes echar un vistazo a estas recetas caseras de aquí.

La hidratante

Como con el suero, deberás decidir si usas una para todo el rostro o prefieres un producto para cada zona. En ese caso, debes poner especial atención para que evitar que una y otra invadan la zona incorrecta, así que tendrás que aplicártelas con movimientos cortos, medidos y mucho cuidado.

La lógica dicta que seas coherente: si te has decidido por dos fluidos, opta por dos cremas, para potenciar el trabajo conjunto de ambos productos (suero y crema se complementan a las mil maravillas).

Si prefieres un solo producto, ha de ser para pieles mixtas y deberías investigar su composición: en las cremas hay mucha tendencia a utilizar como base compuestos artificiales, porque son más baratos y mejoran el aspecto de la piel (que no su estado real).

Si crees que puedes prescindir de ella porque ya usas sérum, te estás engañando, estás desaprovechando la sinergia entre los dos porque nunca debemos sustituir la loción por el suero, porque aunque los dos sean similares en muchas características, tienen unas claras diferencias que los hacen ideales para complementarse.

El protector solar

En tu caso no debe faltar a diario.

No uses cremas hidratantes con factor de protección, sino un protector solar sobre la hidratante, tras esperar a que la piel la haya absorbido. Las mezclas no son lo más aconsejable para pieles sensibles (y la piel seca lo es) y restarán eficacia a tu crema.

Para que tengas claro hasta qué punto es imprescindible para ti, has de saber, si no lo sabes ya, que el sol es el principal causante del deterioro de la piel, y que la estropea por dentro aunque no lo notemos. Cuando sus estragos se reflejan en la superficie, significa que el daño interno es tremendo.

Por muchos cuidados que le des a tu rostro, si no usas protección solar estarás obviando uno de los más importantes, si no el más.

Todos estos rituales deberías practicarlos por la mañana y por la noche (excepto el protector, claro), pero si no estás por la labor, al menos limpia e hidrata tu piel durante el día y vuelve a limpiarla por la noche, poniéndote acto seguido un sérum que trate la piel mixta y una hidratante que lo remate.

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